divendres, 8 d’agost del 2008

Día 5: Zagreb - Sarajevo

Salir de Zagreb ha sido más sencillo de lo que pensábamos, y nuestra sensación de la ciudad también es mejor aunque se nos queda en la mente la imagen de unos cuantos jóvenes con apariencia y actitud neonazi que nos hace dudar respecto a la tolerancia en Croacia.
Nos dirigimos a la frontera por Bosanski Grad, todo va perfecto hasta llegar al puente sobre el río Sava que separa Croacia de Bosnia. Dos horas para pasar un puente de unos 300 metros. La gente ha ido perdiendo la paciencia y han ido invadiendo el carril contrario para adelantar en la cola.



Cuando nos ha tocado el turno en la aduana hemos pensado que nos iban a sacar el equipaje del maletero pero no, únicamente nos han pedido la documentación: pasaportes, carne de conducir internacional, carta verde de circulación, documentación del coche... y como lo teníamos todo el trámite ha sido rápido, así que a tirar millas!

Al entrar en Bosnia, en un tramo de unos 10 km de autopista en dirección Banja Luka (capital de la República Serbia de Bosnia), la policija nos ha parado por ir a 98 Km/h cuando el límite de velocidad era de 60 Km/h (cualquiera que nos conozca pensará que es algo increíble que nos paren a nosotros por exceso de velocidad, pero es cierto). Entenderse con el policía era una especie de 'misión imposible' porque únicamente hablaba su lengua que suponemos que era Serbio, no tenía ni idea ni de inglés, ni de francés, ni de italiano...por español ya ni preguntamos. Conseguimos entender que pretendía que pagáramos 150 euros en un banco del pueblo que acabábamos de pasar y que volviéramos a aquél lugar ya que se quedaban con el pasaporte de Jose. No sabemos si ha sido por la cara que se nos ha quedado pensando en cómo podíamos girar en medio de la autopista para volver para atrás o porque se han dado cuenta de que lo que nos pedían era una locura o porque se han pensado que no habíamos entendido nada de nada, han decidido perdonarnos la multa, devolvernos el pasaporte de Jose y dejarnos continuar no sin antes pedirnos a cambio un café en otro momento.

Hemos parado en Banja Luka. Tenemos que dejar el coche en un parking y no aceptan euros ni tarjeta de crédito, otro contratiempo con el que no contábamos. Por suerte una chica serbo-bosnia nos ha pagado una hora de parking con una moneda de 0,5 marcos (la moneda de Bosnia es el Marco convertible, 1 marco equivale a 0,5 euros). Hemos ido al banco a sacar 200 marcos y luego a comer pita. Queríamos aprovechar para ir al WC pero nos hemos encontrado una letrina que igualaba en suciedad a las de las áreas de descanso de Francia, por lo que ha tocado aguantar e ir a tomar un helado a una cafetería con pintas de tener un lavabo decente (y así ha sido). Hemos paseado por el centro de Banja Luka pero no hemos podido ver si habían comenzado a reconstruir la mezquita de Fehederija, destruida hasta los cimientos en la guerra. Es una ciudad pequeña con un castillo de ir por casa, dos o tres iglesias ortodoxas y un mercadillo típico de los Balcanes.



Después de dos horas por Banja Luka hemos hecho de un tirón el trayecto hasta Sarajevo, 4 horas y media de carretera de curvas, letreros en cirílico y obras de construcción de una futura autopista que sale de Sarajevo. Por suerte los últimos 40 km ya están construidos!




No nos hemos complicado mucho y en Sniper Alley hemos visto el Holliday Inn, el famoso hotel donde residieron los periodistas durante el asedio a Sarajevo. La habitación tiene un precio de 117 euros la noche, pensábamos pasar únicamente la primera noche pero después de la ducha hemos decidido quedarnos las 3 noches que pensamos pasar aquí, despues de un viaje con fronteras, policías, curvas y obras nos merecemos un pequeño lujo.



Hemos cenado en un bar Fileti Pileci (pechuga de pollo), salchichas con cerveza Sarajevsko y un par de helados, todo por menos de 10 euros. Hemos dado el primer paseo por Sarejevo, una ciudad muy viva y con mucho ruido por la noche.